Un anciano entrega una vara corta y maciza a cada uno de sus hijos...
"Rompan la vara", les indicó.
Con algo de esfuerzo, cada uno parte su vara en dos.
"Así sucede cuando estás solo y sin amigos. Tu alma puede quebrarse fácilmente."
El anciano le da otra vara a cada uno, diciendo: "coloquen sus varas en manojos de dos y tres, ahora intenten romperlas en dos."
Nadie puede romperlas cuando están de a dos o más juntas.
El anciano sonrió: " Somos fuertes cuando estamos apoyados en el otro. Cuando contamos con un amigo cerca, no es tan fácil quebrarnos."
1.4.11
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario